lunes, 31 de diciembre de 2012

A veces la vida nos deja sin palabras cuando hay mucho que decir. A veces es una sensación maravillosa.


domingo, 23 de diciembre de 2012

miércoles, 19 de diciembre de 2012

En la oscuridad de la noche lanzan las golondrinas su canto postrer. Agonizan mientras sus alas bailan al compás de un ritmo invisible, la melodía de un violín silencioso que soporta en alto un hombre ciego. Homero, no recites pasajes de obras pasadas en lenguas marchitas. El tiempo se acaba ya, el mundo se agosta. A nadie le importarán ya las lágrimas de Andrómaca o el sollozo inconsolable de su hijo huérfano. De nada servirán las noches insomnes de Penélope ni sus manos callosas por el telar. 

Caen las estrellas como petalos sin vida, se apaga la luna y se esconde el sol, y la noche eterna nos envuelve en su frío abrazo. El Hades abre sus puertas y nos da la bienvenida a la última morada. Por fin ha llegado el invierno.


sábado, 8 de diciembre de 2012


Ríe, y el mundo reirá contigo. 
Llora, y llorarás solo. 

miércoles, 5 de diciembre de 2012


Y su corazón estalló en mil pedazos, esparciendo a su alrededor polvo de vidrio que escapaba por las junturas. Pero de la presión misma de los mil fragmentos de vida, el músculo permaneció en su sitio y quedó condenada a seguir arrastrando las miserias de su triste existencia. 


sábado, 1 de diciembre de 2012



El foco ilumina sus larguísimas piernas. Enfundadas en unas medias de rejilla, dejan a la vista medio muslo, enlazadas con un hermoso liguero oscuro que realza su vientre y sus sensuales curvas. 


Con un relajado movimiento de su hombro deja deslizar por su pecho la tela transparente que ocultaba su mirada. 


Arquea la espalda en la silla, balancea su larga melena, y no quita de ti sus ojos salvajes que prometen silencio, anhelo, el mundo. 


Sus tacones amenazan guerra con cada paso que la acerca, con cada golpe sientes su aroma y su pasión, con cada parpadeo tu sangre parece dejar de fluir. 


Pasa despacio su lengua por tus labios, apartando esas manos que tan solo quieren atraerla, y te tumba sin dudar. 


Es una gata que trepa por tus piernas, la marea que se aprieta contra tu pecho, un cálido aliento en tu cuello, un dulce caramelo entre tus labios. 


Te cubre los ojos de terciopelo y libera tus manos de su misterioso abrazo. Y con un susurro y un escalofrío despiertas a la oscura soledad de tu dormitorio.